Es hermoso mirar hacia el horizonte y echar a volar nuestros sueños, pero mas hermoso es dedicarse a hacerlos realidad.



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lunes, 8 de febrero de 2010

VIVENCIAS ...

Por DIEGO LOPEZ SILVA

El tiempo va pasando… horas, días, años y las remadas siguen creciendo. Cada vez se acerca más gente al calor del fogón, a la llama de la aventura, al calor humano, a la búsqueda de la naturaleza ¿por qué no también? A la búsqueda de lo simple, de uno mismo; cada vez descubrís más seres que disfrutan y buscan, el desafío, la aventura, lo imprevisible, el asombro, como si uno a veces necesitara cachetearse, pellizcarse, sacudirse el polvo de la rutina y sentirse nuevamente vivo es que ¿ uno puede estar muerto estando vivo?

El descubrimiento desde un kayak ya sea en la serenidad de un día sin viento como en la furia del bambolear del líquido elemento te hace sentir básicamente el momento, ese lapso de no tiempo, sobretodo cuando estás en medio del coloso mar y los caballos de Neptuno, al decir de Gunther Plüschow muestran sus níveas crines. Por un instante no existe el tiempo y te encontrás ahí, sólo, tan pequeño, mecido en la palma de la mano de alguien o de algo, que a veces te acaricia y que a veces te muestra los colmillos.

Y que hay de la gente, esa con la cual te cruzas o se te cruza en el camino, alguna hebra que forma o formará el tejido de tu vida.

El otro día paleábamos, era una belleza verlo, como un manojo de “hormigas “ en el mar entrando en nuestras diminutas embarcaciones a la bahía de Ushuaia, acompañando el acompasado ritmo de las palas de Agustín, Luis y Diego, kayakistas que venían remando desde “ La Quiaca”, le decía a Agustín que remaba a mi izquierda: a dónde voy encuentro más y más gente que rema, más y más escuelas de canotajes que se están formando en el país, ¿siempre hubo gente remando? ¿Siempre este furor? ¿Tal vez ahora que estoy apasionado con el canotaje veo algo que ya estaba pero que no veía simplemente porque estaba mirando a otro lado?

Agustín sin dejar de palear, dirigía su asiak azul y blanco pausadamente hacia el puerto que se vislumbraba a lo lejos, atrás sus compañeros y nosotros los “eco-palistas”. Su embarcación estaba tapizada de calcos, algunos eran auspiciantes de la expedición y otros daban testimonio de su paso por los casi 8000 kilómetros, escuelas y clubes de canotaje de todo el país, gente y más gente que hace lo mismo que los une lo mismo y que estos chicos llevaban con ellos arriba del bote, que al pasar de estos muchachos les brindaron su hospitalidad y que les decían ¡buen viaje! ¡¡¡¡Díganle al país que acá estamos.!!!!! Finalmente me dijo : no, loco ahora hay una movida muy fuerte con el kayak y se viene aún más…..

En enero estuve en el Río Negro, ¡señor río!, mejor dicho a las orillas del brazo norte donde se forma la isla de Choele Choel y la ciudad del mismo nombre humedece sus pies dando espaldas al desierto. Allí en la pequeña isla 92 mientras disfrutaba del sol vi chicos remando en unos kayaks que parecían flechas agudísimas, luego los mismos chicos vendiendo pochoclo por la playa, por supuesto me acerqué y conocí a Pablo Fernández profesor de canotaje de unos cuantos niños y grandes de la zona y entonces me presentaron la escuela náutica de Choele Choel. Esta escuela lograba tener en el 2009 su lugar físico gracias al municipio y al esfuerzo de Pablo, de padres, chicos y la ayuda de los gobiernos provinciales y municipales. Hoy tienen no sólo un lugar para juntarse a remar, lugar donde había de todas las edades sino la experiencia de crear lazos, de estar juntos, y en ese estar juntos, no sólo uno rema, hace ejercicios en el gimnasio, practica técnicas de canotaje o repara un remo roto, sino que mama valores, sí de esos que hoy en muchos lugares ya casi ni existen. Vi pibes a las 9 de la mañana en la escuela de remo, y algunos los vi volviendo a a sus casas a las diez de la noche. Ese día habían remado, reparado palas con fibra y resina, preparado y vendido pochoclo para recaudar unos pesos para la escuela, jugado a las cartas con amigos, al ping pong, habían tomado la “leche” juntos, habían hecho ejercicios en el gimnasio….y me quedó en el alma el mejor síntoma de todo lo vivo, nadie quería irse, ni profesor, ni alumno, ni padre…

Pensé ¿Cuántos jóvenes tirados por las calles, lastimando y lastimándose? ¿Cuántos más enseñando a lastimar y a lastimarse?

Alguien dijo, no recuerdo ahora quién: “a la muerte la combato con más vida…..”

¡Ah sí! Ya sé a quién se lo oí. Hace poco. Fue a un taxista, que salió a trabajar y cuando volvió a su hogar encontró a su familia sin vida debajo de los escombros de su casa, en Haití.

¡Salud por la verdadera escuela¡

Gracias Escuela Náutica de Choele Choel, por aportar más vida.

Cuando volvía a Ushuaia me detuve unos días en Trelew, en el valle del río Chubut, lugar donde aún hoy se percibe en el aire la templanza y el espíritu aventurero de aquellas familias galesas que cruzaron el océano dejando sus verdes colinas y para no perder su dignidad, porque estaba siendo avasallada, se lanzaron al “desierto” con nada más ni nada menos que su semilla, el canto y la poesía.

Bajo ese halo se me ocurrió completar lo que había iniciado en kayak el verano anterior. En ese entonces hice junto a mi hermano y un amigo, Gaiman – Trelew. Ahora quería realizar, Trelew – Playa Unión (32 km aprox.).

Me despedí de mi familia junto al puente, y después de acomodarme en el slalom 4 cuarenta de “batalla”, a quien le debo mucho, me dejé llevar por las aguas verdes del Chubut rumbo al mar.

Hice equilibrio con la pala, me acomodé la gorra, hacía mucho calor pero por suerte los mosquitos se mantenían lejos, respiré en el aire los sauces frescos de la costa y me reencontré con esa sensación deliciosa y de plenitud que a menudo extraño pero que he sentido muchas veces: la de la libertad, libertad plena.

Como saliendo de ese sueño, la sombra del puente sobre mi cabeza y de pronto uno, dos, tres, cuatro, cinco, y un sexto ka uno me pasan raudos : _ ¡Hey! ¿ De dónde son ? alcancé a lanzar la pregunta como lazo. _Del Trelew rugby club me contestó un chico sin mirarme. _¿Y tu profesor? _ Atrás, _ me llegó la respuesta.

Más allá como cuidando la retaguardia venía remando sin prisa alguna, un jujeño, era el profesor.

Este buen hombre, no sé, ni lo conocía, irradiaba bondad y experiencia, le decían Poly y mientras remábamos río abajo me contó de todo, recuerdo alcanzar a contarle algo de donde venía yo y de lo que hacía, pero no fue fácil.

Luego de no sé cuántas curvas, el Chubut está plagado, nos recibieron toda la tropilla de “granujas” que me habían pasado antes, en la orilla, unos se tiraban de cabeza al agua, otros levantaban sus botes, más allá una muchacha muy parecida a Poly con gorra, una planilla y cronómetro les decía a los chicos cuánto había sido su tiempo hoy, al lado de ella unos padres cebaban mate. Llegando, el profesor les grita a todos “ _ a ver un aplauso para uno de Ushuaia que perdió el camino”. Todos ante las palabras de su maestro y aflojando la desconfianza comenzaron a aplaudir, reímos mientras me veía envuelto en esa calidez que lleva en la sangre la gente del norte y que sabe, con poco hacerte sentir como en tu propia casa; me hizo acordar a lo que los paisanos profesan como religión, porque no sé si otra tienen, hablo de su Hospitalidad y que practican tan bien con el viajero.

Poly y Mirta, su hija, llevan adelante otra escuela de remo, oh! ¡Qué casualidad! , Otra que convoca a muchos niños y jóvenes, bajé y me tomé unos mates con ellos y me contaron que están tratando de conseguir un espacio propio para la práctica de canotaje, que el gobierno de la provincia los ayudó para la compra de unas embarcaciones y que cada día hay más y más gente interesada en la disciplina.

Intercambiamos correos electrónicos, teléfonos y me despedí de ellos como si los conociera de toda la vida.
Una vez más me asombré de los dones que el “río” te regala y remando me fui llevado por las aguas que la cordillera empuja hacia el mar.

DLS

Pablo Fernández. Escuela Náutica –Choele Choel
Escuelanáuticamunicipal.blogspot.com
Poly y Mirta Suruguay de la Escuela de Canotaje del Trelew Rugby Club.
Siguen5@yahooo.com.ar

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